Sweety Dulce Natural. El nombre es más que elocuente para describir unas burbujas dulces y fragantes. Y así es este relanzamiento del espumoso de Viña Las Perdices que en la añada 2020 estrena nueva etiqueta, botella y vino en un segmento del mercado que se ha vuelto tan competitivo como atractivo.
Elaborado 100% con Moscatel de Alejandría de un viñedo de Medrano, Mendoza, Sweety Dulce Natural cruza las fronteras de las burbujas clásicas para entrar en un nuevo estilo: con una sola fermentación, el jugo de la uva fresca y aromática es directamente transformado en vino espumoso en un solo paso por las levaduras.
El método, conocido como Asti, permite exponer lo mejor de los aromas florales de la variedad y conseguir una dosis justa de dulzura y frescor.
“Estamos muy satisfechos con el espumante que hemos logrado”, dice Fernando Losilla, enólogo responsable y especialista en elaboración de espumantes. “Partimos del jugo de uva, al que se le siembran levaduras seleccionadas en un tanque presurizado. Cuando se alcanza la presión necesaria y el dulzor buscado, paralizamos la fermentación enfriando rápidamente el vino a una temperatura bajo cero. Logramos un espumoso fino y de elegante perlage, bien natural”, describe.
Sweety Dulce Natural: cambio de método
En una góndola tan competitiva como la de las burbujas dulces, conseguir el mejor sabor y balance es la clave. Por eso Viña Las Perdices modificó el planteo enológico de Sweet Dulce Natural cambiando el modelo de elaboración.
El secreto de este proceso está en que conserva la frescura de la uva y sus sabores primarios. En el caso del Moscatel, es una justa combinación de azahar, hierbas y rosas, que llenan la boca con una explosión delicada de burbujas cuyo dulzor subraya los sabores de la uva. Es una golosina jovial perfecta para la primavera y el verano.
El cambio de variedad –antes empleaban Torrontés con doble fermentación– se debe a una sencilla razón: Viña Las Perdices ya elabora Torrontés en otras líneas y, para conseguir unas burbujas diferentes, apuntaron a viñedos viejos. “Hicimos un convenio con un productor que nos garantiza la fruta en un buen punto de madurez y con buena sanidad. La Moscatel es una variedad que ya no se planta, pero hay buena cantidad en la zona de Medrano, Rivadavia y Maipú. Tiene buen rendimiento y madura a inicios y mediados de marzo”, explica Losilla.
La nueva imagen de Sweety Dulce Natural
Para afianzar el cambio de estilo, sin embargo, en la casa de la familia Muñoz apuntaron a un restyling. Por un lado, saltaron a la botella tipo Mumm de vidrio transparente, que permite observar el color del vino, en un trazo amarillo con reflejo verde brillante.
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“Es una botella más elegante, al igual que la nueva etiqueta que acompaña, junto a la cápsula, en un tenue celeste”, explica el ingeniero Juan Carlos Muñoz, Winemaker de Viña Las Perdices. “Es una presentación atractiva que se dirige a todo consumidor que desee disfrutar de burbujas dulces y delicadas”, refuerza.
Si de algo saben en Viña Las Perdices es de elaborar espumosos. Sweety Dulce Natural viene a sumarse a un porfolio en el que hay siete vinos más: Partridge Extra Brut, Las Perdices Extra Brut y Las Perdices Brut Nature, y los espumosos por método tradicional Las Perdices Brut Rosé, Las Perdices Método Champenoise Extra Brut, Las Perdices Rosé Extra Brut y Nuit 730 Brut Nature.
El nuevo Sweety Dulce Natural llega a la góndola con un dulzor elevado (60g/l), bien balanceado con la acidez de una moscatel cosechada en su punto justo y un alcohol relativamente bajo (11%), lo que garantiza un delicado equilibrio de boca. Para beber frío, idealmente entre 5 y 7ºC, y a un costo de $540.