[vc_row][vc_column][vc_column_text]La pandemia cayó como un baldazo de agua fría (hervida, en este caso, para graficar el peor de los males) y mojó todos nuestros papeles acerca de cómo hacer cada gesto cotidiano. Y así, esos que tomaban siempre mate pero solo si cebaban otros, ahora se enfrentan con el alma húmeda y arrugada a un desafío desconocido: ¿cómo ser autosuficiente y prepararlo? ¿Vale cualquier cacharrito, aunque sea un vaso plástico oficinesco? ¿Hay que revolver con la bombilla o está prohibido por el manual de buenas prácticas materas? ¿Cuál es la temperatura justa? ¿Amargo, azúcar, edulcorante, miel o qué? En definitiva, ¿cómo cebar mate?
Trucos para cebadores solitarios
Para ayudar a los tomadores pasivos a separar el palo del polvo, Vinómanos repasa consejos y recomendaciones sobre cómo cebar mate, porque saborear esta infusión tan nuestra en modo selfie tiene que ser una foto en la que salgamos sonriendo.

El mate en Argentina es mucho más que una bebida. Es un símbolo, es una actividad, un espacio de encuentro, una reunión, una compañía, un pasatiempo. Es también un gesto de confianza, de cercanía con el otro. La llegada del Covid trastocó también el ritual de la bombilla compartida y volvió individual el consumo. Estamos verdes y no nos dejan salir, como diría Charly. “Lo que veo de positivo a esto que ha pasado con el confinamiento es que, si antes tomaban un mate entre cuatro personas, hoy cada uno está con el suyo. Eso llevó la mirada a cómo hacérselo, cómo preparárselo, cómo cebar mate. Hay mayor interés en hacerte un mate más rico”. Quien habla es Valeria Trápaga, argentina, sommelier y catadora de yerba mate (@catadeyerbamate).
Ella, una apasionada de esta bebida que circula por nuestro interior tanto como la sangre y nos vuelve verdosos como si fuéramos parientes de Shrek, agrega: “Ha crecido el consumo de yerba mate. La demanda es enorme, no solo acá sino en todo el mundo. La ansiedad de esta época se palió con mate. Los consumidores nostálgicos que lo llevaron a otros lugares descubrieron que era una buena forma de saciar la ansiedad”.

Primerizos
Pero por más que tenga el poder de calmar los nervios, para quien siempre tomó de prestado es todo un estrés cebarse un mate digno en el que los palitos no floten al toque. Para el novato que recién descubre que tiene que arreglarse solo desde el minuto cero para procurarse un matecito, la aventura empieza mucho antes, en las góndolas de los supermercados. ¿Cómo orientarse entre paquetes y paquetes amarillos, rojos y negros, blancos, azules y verdes? ¿Será mejor la que dice “suave” o no tendrá gusto a nada? ¿Elijo la que reza futbolísticamente “selección”? ¿Busco una que promete sabor a “hierbas serranas” o esa te convierte en Piñón Fijo? ¿Es buena la que indica que es “sin palo” o es mejor la que jura tenerlo? ¿Y si llevo la que en su etiqueta anuncia “bajo contenido en polvo” me ahorro de pegarle esas sacudidas a la calabaza para que supuestamente no se tape la bombilla?
Trápaga, que dará dos talleres virtuales el 15 y 17 de septiembre sobre “secretos del buen cebador y secretos de la yerba mate”, se toma una pausa (no de cinco minutos porque sino sería sommelier de té) y explica: “Existen marcas que quizá se vendan como más caras porque tienen un estacionamiento de dos años, y en realidad no son mejores por eso. Que no tenga palo, por ejemplo, no quiere decir para nada que sea una yerba mala. Ahora la gente ya sabe que hay yerbas más suaves o más intensas, varietales, con secado tradicional. Yo celebro eso, la variedad”.
Cuando el novato supera las frases marketineras de los paquetes y descubre que en muchos casos es cuestión de gustos (hay hasta quienes buscan opciones cool como este mate en botella y con cápsulas llamado Matecaps), le queda el desafío máximo: cebarse.
ABC de cómo cebar mate
¿Cómo debe hacer ahora el cebador novato que solía delegar en otro el ritual del mate? ¡Calma! Ningún gaucho nació con el termo bajo el brazo, así que mirá estos cuatros tips que nos da Valeria y empezá a practicar:
- “Elegí un buen recipiente que sea siempre de base angosta y de boca ancha, así podés manejar la cebada y optimizar el rendimiento de la yerba. ¿De qué tipo de material tiene que ser el recipiente? De vidrio, porque es inocuo e higiénico, y si no, una calabaza bien curada. Así te encontrarás con el verdadero sabor de la yerba”.
- “Buscá una bombilla de acero quirúrgico, plata o alpaca. Nunca remuevas la yerba con la bombilla, porque se rompe la estructura infusionada y cambia el sabor. El buen cebador no mueve bombilla ni la cambia de lugar”.
- “Algo fundamental: la temperatura del agua no debe superar los 80°C. Para lugares de aguas “duras”, solo 75°C. El agua en Capital es “blanda”, tirando a dulce, por lo que puede ser de hasta 83°C. Pero cuando excedés los 85°C, el sabor de la yerba mate empieza esconderse. Mucha gente tiene un registro defectuoso del sabor de la yerba por tomar mate con agua muy caliente”.
- “Por último, el cebado correcto. El mate se comienza con un chorrito de agua tibia a la misma temperatura que lo voy a tomar, teniendo en cuenta que cuando toma contacto con la yerba baja 5°C. Primero se infusiona el polvo, se hace más gordo y recién ahí ingresa la bombilla y empiezo a cebar. No hay que ´regar´ toda la yerba. Hay que cebar una mitad siempre en ese lugar hasta que muestre que sigue teniendo espumosidad y sabor. Cuando ya no suceda, se ceba en el otro sector”.
Ahora sí, ya tenés todas las herramientas para tu autosatisfacción con termo, bombilla y porongo. El buey solo bien se lame y ni te digo cómo matea. Y mientras añoramos que vuelva este ritual en modo colectivo, nos distraemos del aislamiento con algo tan simple como yerba y agua.[/vc_column_text][/vc_column][/vc_row]