Desde 1981, Vinexpo fue la feria de vinos a la que todo vinomano de ley soñó asistir. Cada dos años y durante cuatro días, este salón convocaba a la crema y nata de la industria del vino y espirituosas ni más ni menos que en Bordeaux, Francia, epicentro del negocio vitivinícola durante siglos.
A lo largo de esas cuatro jornadas, la ciudad flanqueada por el Garona propuso programas inolvidables con productores del todo el mundo y eventos que continuaban en los célebres chateaux de la región. Degustaciones guiadas por los winemakers y sommeliers más importantes del globo, simposios dictados por las estrellas del wine bussines y cenas de black tie fueron por casi cuarenta años la esencia de esta fiesta universal del vino. Pero la semana pasada cerró la última edición de este clásico.
Adiós Bordeaux. Del 13 al 16 mayo tuvo lugar Vinexpo Bordeaux 2019 con la presencia de 1600 expositores de 30 diferentes nacionalidades. Si bien a primera vista, la cifra impresiona, lo cierto es que da cuenta de una caída del 30% en el número de empresas participantes. Una merma que según los organizadores marca un punto de quiebre para esta feria cuya edición número 38 concluyó con sabor a despedida. Durante el último día de la feria, los asistentes recibieron un comunicado que anunciaba que a partir de ahora, Vinexpo tendrá como sedes Shanghai, New York, Hong Kong y Paris junto a la feria Wine Paris ( 10 y 12 Febrero de 2020).
Consientes de la necesidad de reinvención que exige la dinámica de los negocios, nadie en la feria se sorprendió de la noticia pero si muchos ya sienten nostalgia por el glamour que difícilmente Vinexpo logre en estas nuevas sedes. Afortunadamente estuvimos en esta última edición, disfrutamos de los placeres que solo Vinexpo Bordeaux puede brindar y te los contamos para nostalgia de todos, claro.
El mundo del vino en un sololugar. A pesar de la convocatoria y que la superficie de la feria fue de un tercio al de su máximo histórico, Vinexpo no decepcionó a los visitantes. Todo lo contrario, se convirtió en una feria inolvidable que se pudo cubrir de principio a fin sin andar a las corridas. Incluso, las bodegas y expositores cerraron con saldo positivo ya que la menor oferta les aseguró mejores encuentros comerciales.
Sin dudas es imposible dar detalle de toda la oferta de la feria pero siempre es bueno destacar los highlights. Entre las curiosidades y novedades los vino de Georgia elaborados en qvevris de barro estuvieron entre los mejores recuerdos mientras que China con su stand de vinos de la Gran Muralla fue otro que llamo mucho la atención del público.
Otro alto obligado fue la segunda edición de WOW! (World of Organic Wines) con más de 150 productores especializados en la producción de vinos orgánicos y bio, un espacio que desbordó de visitantes los 4 días de feria.
Otros vinos curiosos fueron los de Finger Lakes, Nueva York con la presencia de la Master Sommelier Pascaline Lepeltier como embajadora. Japón acaparó las miradas de todos con un gran stand especializado en Sake y Shochu, bebidas que se pudieron conocer en detalle de la mano de los expertos nipones.
Luego cada país ofrecía un recorrido para explorar la complejidad de sus vinos entre los que elegimos Alemania, Portugal, Sudáfrica, Italia y lógicamente Francia donde siempre lo más jugoso es recorrer los stand de las regiones menos conocidas. Fue así que degustamos los Malbec de Cahors, el Valle del Loire de punta a punta, Jura con toda su magia sin desatender Borgoña y Bordeaux, estos últimos con algunas visitas a los negociants que siempre ofrecen excelentes botellas.
La sección Vinexpo Academy fue fundamental para quienes visitamos la feria con ánimo de aprender y escuchar a los productores que hoy marcan tendencia. Allí empezamos con una degustación de copas dictada por Riedel que siempre suma a la hora de mejorar las habilidades de la degustación. La presentación de las nuevas cosechas de los vinos de Medoc, Haut Medoc, y Listrac, al igual que los de la Union des Grands Crus de Bordeaux, los Crus Bourgois du Medoc y los de Saint-Estephe son citas impostergables al igual que la Renaissance des Appellation con figuras como Nicolas Joly y Lalou Bize-Le Roy ofreciendo sus vinos en persona.
En cuanto a degustaciones presenciamos una cata vertical de icono californiano Insignia, la presentación de los vinos de Sauternes-Barsac, una presentación a cargo de Laura Catena donde contó cuál es el plan de su familia para los próximos cien años mientras que los mejores sommeliers del mundo ofrecieron dos interesantes degustaciones, The Battle of the New Generation Best Sommeliers y el Vinexpo Challenge, una cata a ciegas a cargo de Marc Almert, flamante mejor sommelier del mundo.
En paralelo el Symposio de Cambio Climático convocó a mas de 600 personas mientras que una mesa redonda abordó la temática acerca de Cómo optimizar las ventas on line con representantes de Vivino, Tannico y Alibabba Tmall.
Wines of Argetnina también dijo presente con un stand que albergó a 21 bodegas de todos los rincones del país mientras Trapiche, Catena Zapata y Francoise Lurton presentaron sus vinos en espacios propios con buena concurrencia de publico e importadores. Por otra parte, Catena Zapata y Achával Ferrer estrenaron negociants, una jugada que pone al vino argentino en los mismos catálogos de las etiquetas mas importantes del planeta.
Siete estrellas y un moño. Ya dijimos que Vinexpo es la excusa ideal para que las chateaux de Bordeaux abran sus puertas a fiestas inolvidables donde no solo se sirven los mejores vinos sino que también cocinan algunas de las figuras más rutilantes de la escena gastronómica mundial.
Invitados a algunas de estas gala dinner, riguroso black tie mediante, asistimos a Chateau Malartic Lagraviere para participar de la cena de bienvenida a cargo de los Crus Classés de Graves donde cocinó el chef tres estrella Michelin Arnaud Lallement. También en Chateau D’Yquem el Conseil des Grands Crus Classés de 1855 ofreció una cena inolvidable junto al chef tres estrellas Arnaud Donklele.
Como cierre de nuestro periplo, en Chateau Clarke compartimos la cena con la Baronesa Ariane de Rothschild y el winemaker argentino Pablo Richardi de Flechas de los Andes. En esta ocasión los paltos estuvieron a cargo de Julien Gatillon, chef de Le 1920, restaurante dos estrellas Michelin.
Aún con el sabor de los grandes vinos en la boca y los aromas de los mejores platos en la memoria no podemos mas que sumarnos a los nostálgicos que esperamos que el futuro de Vinexpo nos sorprenda como siempre lo hizo Bordeaux.