nuevos vinos blancos
nuevos vinos blancos

Desde hace unos años el segmento de los blancos se muestra más activo que el de los tintos a la hora de las sorpresas y novedades. Ya no todo es Chardonnay o Torrontés y nuevos vinos blancos elaborados con variedades poco habituales en los viñedos argentinos hacen escuela y suman seguidores.

Pero no solo es cuestión de cepas sino también de estilo. Al igual que sucede con los tintos se usa menos barrica nueva y más hormigón o bien madera de varios usos. Contacto más prolongado con las lías es la técnica más común al momento de sumar cuerpo y ya no hay tanto apuro por lanzar los blancos jóvenes sino que varios enólogos optan por darles un tiempo de estiba a sus blancos para que sumen complejidad.

A continuación te contamos cuales son los blancos más novedosos que debes buscar si queres descubrir nuevos sabores y estilos.

Geisha de Jade 2016 (93pts, $500).

Elaborado con partes iguales de Marssanne y Roussanne, este es el primer blanco de Ver Sacrum, proyecto que en 2015 sorprendió con su Garnacha y Monastrell. Geisha es un vino austero en apariencia pero es justamente esa la clave de su complejidad. Gusta porque entrega lo justo y necesario tanto en nariz como en paladar. Ofrece tonos florales, de hierbas silvestres y frutas blancas que se repiten en medio de boca. Es ligero, sutil y fresco. Un vino equilibrado y muy versátil.

Zaha Marsanne 2016 (93pts, $365).

Último lanzamiento de la dupla Sejanovich-Mausbach que esta vez apuestan a un varietal para nada tradicional en Argentina. Las uvas provienen de Chacayes, Valle de Uco, y para conservar su expresión varietal el vino no recibe crianza en roble pero si un largo contacto con las lias a fin de ganar volumen y paladar. Aromáticamente recuerda a la flor de tilo, manzanilla y frutos blancos, en paladar es untuosos y tenso.

De Moño Rojo MRV 2016 (91pts, $195).

Este corte de Roussanne, Marsanne y Viogner ya despierta admiración por parte de muchos fanáticos de los blancos. Elaborado con uvas del Valle de Uco, gusta por su expresión frutal intensa y paladar sabroso. Complejo e ideal para platos de cuchara, quesos y aperitivos.

Bienconvino Aperitivos y Postres 2016 (92pts, $300).

Las sommeliers Valeria Mortara y Mariana Achaval presentaron en 2016 esta etiqueta que inaugura la categoría off dry en el mercado local. Un dejo intencional de azúcar residual aporta un dulzor sutil que brinda versatilidad y permite disfrutarlo como aperitivo o bien a la hora de los postres. Despliega los aromas frutales y florales típicos del Gewurztraminer y en boca es muy agradable, amplio y sabroso.

Fuego Blanco Gewurztraminer 2016 (93pts, $270).

El Valle de Pedernal, en San Juan, no deja de sorprender con sus vinos. La clave principal de este terroir es la altura de sus viñedos que se encuentran en la precordillera a 1400 metros rodeados de frentes montañosos. Po esto mismo goza de un clima muy fresco en el que la familia Millán apuesta por las blancas aromáticas. El más curioso de estos vinos es su Gewurztraminer por su perfil floral y frutal que se aprecia en nariz y boca. Al paladar es envolvente y graso, fluye tenso y sabroso.

Marcelo Miras 5 Hijos – Blend de blancas 2016 (92pts, $289).

El último lanzamiento del proyecto familiar de Marcelo Miras es este curioso corte de viogner, semillón, sauvignon blanc, torrontés y Chardonnay. Un vino que se expresa complejo con aromas de frutos maduros, flores y miel. Con un dejo intencional de evolución gana complejidad en nariz mientras que en boca es amplio y graso, con buen peso y frescura.

Revólver Torrontés 2014 (92pts, $450).

Con uvas de Tupungato, Valle de Uco, Leo Erazo elabora este torrontés que nada tiene en común con los más tradicionales. La cosecha temprana explica que su graduación alcohólica apenas llegue a los 10 grados mientras que una crianza en barricas de cuarto uso, donde queda en contacto son las lías, es el motivo por el que se presenta turbio con aromas complejos de frutos blancos y tropicales maduros y flores. En boca es etéreo pero con buen carácter y recuerda de alguna manera a los blancos de Jura por ciertos dejos evolutivos.

Revancha Chenin Blanc 2016 (92pts, $295).

Luego de hacer escuela con su semillón, Roberto de la Mota apuesta al Chenin, cepa bastante cultivada en el país por décadas pero que luego quedó a la sombra de otras de mejor performance comercial. En este caso De la Mota logra un vino muy interesante y singular con aromas complejos de frutos maduros, hierbas y tonos tostados. En boca es pleno, graso y sabroso.

Cara Sur Moscatel Blanco 2015 (92pts, $380).

Una rareza que vale la pena buscar. En primer lugar porque es un Moscatel, cepa bastante despreciada a la hora de pensar en vinos de calidad, a la que le encontraron una vuelta que puede sorprender a muchos. Y por otra parte, porque es un blanco de perfil muy curioso. Las uvas provienen de Calingasta, San Juan, y son fermentadas en huevo de hormigón donde permanecen un buen tiempo en contacto con las lías, por esto mismo es complejo con notas de frutos maduros, resina, especias y flores blancas secas. En boca es intenso y muy fresco, un blanco que celebrarían muchos fanáticos de los tinos.

Es sommelier y un consumado buscador de tesoros. Capaz de degustar cientos de vinos y de recordar del primero al último con la precisión y la agudeza de un entomólogo, conoce como nadie esos rincones del mercado a los que todos quieren llegar. Por eso elige los vinos del Club Bonvivir. Por eso escribe en Vinómanos (plataforma que fundó en 2013) sobre sus hallazgos o bien en importantes medios nacionales como Clase Ejecutiva, o internacionales como Decanter.