Entre marzo y abril, en las vidrieras se reproducen, a la velocidad de conejos, los huevos de pascuas. Duran, con gloria, un mes y desaparecen como por arte de magia hasta el año siguiente.

Miles y miles de chocolates ovales van a parar a los paladares de los argentinos y es por eso que la oferta se hace tan extensa y decidir se hace complicado. Así que lo mejor es hablar con los productores para que nos oritenten sobre cómo encontrar tu huevo de pascuas ideal y no fatigarse en el intento.

Cómo saber si un huevo de pascua es bueno

La manufactura artesanal suele ser el primer indicador de la calidad de un huevo de pascua. Dificilmente un chocolatero producirá manulamente un producto con materia prima de mala calidad.
Es recomendable leer la etiqueta para chequear los ingredientes. Los fabricantes artesanales detallan hasta el origen del cacao.

Según Diego Armanini chocolatier, los ingredientes que deben figurar son pasta de cacao, manteca de cacao, azúcar y, en caso del chocolate con leche, leche. Nada de polvo de cacao, conservantes, u otras sustancias.

Desde Rapa Nui, comentan que históricamente en argentina se fabricaban huevo de chocolate amargo de mala calidad pero en los últmos años se está yendo en la dirección opuesta. Hoy en el mercado se encuentran huevos con 80 y 90% de cacao para los fanáticos.

¿Y si el chocolate brilla?

El brillo del huevo era un indicador de calidad: significaba que el chocolate estaba bien templado. Pero hoy el brillo se puede lograr de manera “non santa” usando aceite hidrogenado que no sería justamente un indicador de buen chocolate. En todo caso el brillo no aporta ningún dato. Hoy, en cambio, la tendencia es agregarle textura, raspando el producto o con frutos secos.

 ¿Cuánto más grueso, mejor?

El grosor no es indicativo de calidad, sino una cuestión de gusto, hay gente que le gusta que al morder el chocolate se le deshaga en la boca y otros que no. Es una decisión del chocolatero que conoce su clientela.

¿Cómo debe estar decorado?

Varios de los entrevistados aseguran que el azucar cristalizada, esa pasta blanca o de colores pasteles hiperdulce que recorre el huevo en forma de trenza, se emplea muchas veces para ocultar malos sabores o cuando el chocolate no es bueno. Así que, salvo que se conozca a quien lo hizo, lo mejor es alejarse de ese estilo.

Hay chocolateros que prefieren intervenir lo menos posible el producto, darle textura o crear sus propios diseños pintados a mano, como en el caso de la última edición de huevos de Mamuschka. Lo cierto es que en materia de decoración, la paleta y los motivos intentan reflejar las tendencias de moda para distiguirse de los motivos tradicionales.

¿Y la sorpresa?

Para Dadi Marinucci de Vasalissa chocolatier, lo más importante de un huevo de pascuas, sin dejar de lado la calidad, es que tenga una buena sorpresa dentro para que den ganas de romperlo. “Para nosotros la tradición en el huevo está en compratirlo, lo más importante es que se tiene que romper y compartir con la familia” sostiene. Es por esto también, que varios expertos coinciden en la importancia del envoltorio, que debe ser vistoso y sumar ansiedad por saber qué hay dentro.

Claro que el tipo de sorpresa va en gustos y el tamaño de la familia difieren, por eso la oferta es amplia. Los tamaños se multiplican y dentro se puede encontrar practicamente de todo: desde juguetes, almendrás bañadas, más huevos de pascuas en miniatura hasta productos gourmet, por ejemplo, Diego Fenoglio de Rapa Nui, nos cuenta que tienen una edición con bayas de goji, una alimento milenario de origen asiatico reconocido por combatir el envejecimiento.

¿Dónde comprar?
Es el mejor cocinero del mundo para los que tenemos el gusto de sentarnos a su mesa. Capaz de cruzar la ciudad por unas ostras o de sudar la gota gorda frente a un caldero durante horas, para el resto de los mortales es un estratega de la comunicación digital, el marketing de contenidos y otros tantos menesteres. Trabaja desde hace más de 18 años en medios digitales. Es el responsable de que no fallen los códigos de Vinómanos (plataforma que fundó en 2013), donde también escribe sobre su pasiones como la cocina, las bebidas, los viajes y la sobremesa.