En Argentina, en Paraguay, en Uruguay: los 29 de cada mes se come ñoquis, sea en casa o en el restaurante. La razón no es tan clara como fuerte la tradición, que implica depositar bajo el plato un billete para garantizar prosperidad el mes siguiente.
Ni más ni menos que ñoquis: un plato sencillo de preparar, rico y contundente, pero por sobre todas las cosas, barato y rendidor. Así es que hoy no hay excusa. Y si todavía quedaba algún reparo –calórico, agenda o simple vagancia- en la receta de ñoquis caseros que pasamos a continuación está el punto final para la tentación y la prosperidad. Que al fin y al cabo de eso se trata esta curiosa tradición gastronómica.
Ingredientes para 6 personas:
- Batatas 1 kg
- Harina 250g
- 1 huevo
- Sal y pimienta
- 12 hojas de salvia
- Un puñado de ciboulette
- 1 cucharada generosa de manteca
- Queso Parmesano (o duro) rallado grueso
- Sémola, un bowl
La preparación
Lavar las batatas y cocinarlas con cáscara al horno bien caliente. Estarán tiernas cuando se las puedas pinchar con un tenedor; retirar. Una vez frías, pelar y, en un bowl, hacer puré; debe quedar los más liso posible. Agregar el huevo previamente batido y por último incorporamos poco a poco la harina. Amasamos ligeramente hasta obtener una masa que se pegue a los dedos.
A continuación, armar bollos del tamaño de un huevo. Enharinar la mesada con el semolín para que las pasta no se pegue y estirar los bollos formando bastones de un pulgar de diámetro. Luego cortar los ñoquis de unos dos centímetros de lado. Una idea estética es terminarlos practicando una hendidura acanalada con un tenedor. Reservar.
Para la salsa, derretir manteca a fuego suave en una sartén profunda –se volcarán los ñoquis dentro- y retirar la espuma con una cuchara. Agregar las hojas de salvia picada y revolver por unos tres minutos. Al cabo, sumar el ciboulette picado. Cocinar un par de minutos más.
Para cocinar los ñoquis, ponemos a calentar una olla grande con agua y sal, cuando rompa el hervor los soltamos dentro; una vez que flotan, estarán listos. Colar e incorporamos a la sartén con la salsa, agregar el queso rallado, pimienta recién molida y mezclar. Servir caliente.
¿Con qué vinos?
El contraste de la batata dulce con el aroma expectorante de la salvia y el ciboulette, sumado al picor del queso y la pimienta, hacen un plato delicioso. Ideal para acompañar con tintos ligeros y frutados, como Finca La Linda o Vía Blanca Bonarda; o bien blancos con frescura y cuerpo untuoso, como Salentein Chardonnay y Graffigna Centenario Reserve.
Emiliano Rodríguez Egaña
