Bodegas López

No hay dos como Bodegas López. Fundada en 1898 por José López y sus hermanos, en poco más de 100 años de control familiar de la empresa pasaron de arrendar unas parcelas en Maipú a administrar 1.100 ha de viñedos propios distribuidas en 12 fincas ubicadas en el Alto Valle del Río Mendoza, en los departamentos de Maipú y Luján de Cuyo y en el Valle de Uco.

Actualmente producen unas 40 millones de botellas que distribuyen en forma directa en los principales centros urbanos del país. En eso, Bodegas López no tiene rival: en parrillas, restaurantes de barrio, en fondas y en bodegones son la columna vertebral de las cartas. A menudo, el estilo de Bodega López es descripto como único.

Detrás de esa singularidad hay una tecnología que sólo una bodega centenaria puede tener en plena forma: una tonelería añosa y en condiciones, con roble de Nancy, en la que añejan sus vinos entre 3 y 20 años, de forma que consiguen pulir un sabor propio e irrepetible. El sabor de López.

Elegida por millones de argentinos, Bodegas López es sinónimo de constancia para los consumidores. Así, como una suerte de Viña Tondonia argenta, ha logrado convertirse al mismo tiempo en una casa de culto para los especialistas. Fuera de argentina es difícil hallarlos. Sus marcas dilectas son Chateau Vieux y Montchenot, del que ofrecen versiones de 10, 15 y 20 años. Ícono de la casa es Federico López, que también añejan.

Desde la década de 1980 tiene una champeñera propia y, para los buscadores de rarezas, elaboran un blanco estilo jerez con Palomino que es único en su especie. Igual que Bodegas Lopez.