
El vertiginoso crecimiento que atravesó la cerveza artesanal en Argentina en las últimas décadas abrió la puerta a la profesionalización del sector. Cada día, los productores buscan hacer más y mejor birra, poniendo a prueba sus propios conocimientos. Para eso, es fundamental una formación a la altura de un consumidor inquieto y exigente.
Atendiendo a estas inquietudes, diversas universidades e instituciones públicas y privadas ofrecen cursos, diplomaturas y hasta carreras apuntadas al mundo cervecero. Las hay para quienes deseen dar sus primeros pasos y también para los y las que buscan profundizar sus conocimientos.
Te contamos tres opciones en Buenos Aires, Mendoza y Santa Fe, para que te pongas el delantal, agarres el cuaderno y empieces a jugar con la espuma.
Cursos en la UTN
Una de las principales plazas para estudiar carreras vinculadas a la cerveza es la Universidad Tecnológica Nacional (UTN). Actualmente, en su Centro Tecnológico de Alimentos se dictan cuatro cursos sobre birra.
Su director y fundador es Matías Hallú. La propuesta empezó como una diplomatura en microcervecería, pero luego derivó en algo más grande.
“Inicialmente fue una idea mía, porque toda mi carrera me desempeñé en el ámbito de las bebidas destiladas, principalmente whisky y gin. Ofrecí dar un curso introductorio. La diplomatura en microcervecería surge por demanda de los alumnos. Todos los que terminaban de hacer el curso me decían ‘¿Y ahora qué sigue?'”, comentó Matías.
Hoy en día, se pueden tomar cuatro cursos con distintos niveles de profesionalización. El primero es introducción a la fabricación de cerveza, consta de cuatro semanas, con cuatro clases en vivo donde los alumnos ven lo básico para comprarse algunos equipos y empezar a elaborar cerveza en casa.

El segundo, especialización en producción de cerveza, dura siete semanas y tiene dos prácticas presenciales, siete clases online en vivo y dos prácticas en cervecerías, que van rotando. Su objetivo es preparar a los estudiantes para trabajar en una birrería.
El tercero, en tanto, es una diplomatura en microcervecería. Cuenta con cinco prácticas presenciales en distintas cervecerías.
“Apunta a que los alumnos puedan tener su emprendimiento, montar su cervecería y obtengan un control total sobre el proceso, la planta, el tratamiento de afluentes, los costos. Es un enfoque global, pensado para quienes tienen más experiencia y buscan profesionalizarse”, sostuvo Hallú.
Por último, la UTN también ofrece el curso de Sommelier de Cerveza. Consta de 4 meses de estudio y es 100% presencial. Los estudiantes aprenden sobre estilos de cerveza y maridajes. La pasan bomba, tomando y comiendo en dos cursadas por cuatrimestre.
El auge de estas especializaciones se dio casi a la par del boom de la birra artesanal. Ingeniero químico graduado en la UTN, Hallú cuenta que hoy en día dictan cuatro cursos introductorios al año, con entre 15 y 20 alumnos de matrícula.
“Tenemos mucho ida y vuelta con los egresados. Ese feedback está muy bueno, nos buscan para que les consigamos gente para trabajar con ellos. Es un rubro muy amistoso con la competencia. Todos entendemos que es importante apalancarnos para poder crecer”, aseguró el ingeniero.
Debut en la tierra del vino
En el 2025, la cerveza pisará fuerte en la tierra del vino. A partir del año próximo, comenzará a dictarse en Mendoza la carrera de Maestro Cervecero en al menos cuatro institutos de Formación Profesional.
La noticia fue dada a conocer a fines de octubre por la Cámara Mendocina de Cervecerías Artesanales (CAMCA) y la Dirección de Educación Superior.
Germán Ghisaura, presidente de la CAMCA, señaló a Vinómanos: “Yo empecé a hacer cerveza en 2008. Por entonces, los pocos cerveceros que existíamos no teníamos ni siquiera proveedores. Imaginate conseguir teoría para estudiar. Tener esto al alcance hubiese sido increíble”.
Ahora, dijo, habrá “un super avance para los cerveceros nuevos y también para los que ya están instalados, porque al ser un curso muy profesional permite siempre aprender algo”.

En concreto, la carrera tendrá una duración de siete meses, con un cursado intensivo. Será una formación profesional de tipo 3, es decir, la más alta que existe.
Las instituciones públicas que la dicten no cobrarán una cuota, aunque pedirán colaboraciones para comprar los insumos. Las privadas, por su parte, definirán el monto a abonar.
Germán indicó que la tradición vitivinícola de Mendoza y las estructuras vigentes para las carreras de enología y de otras vinculadas al sector alimenticio fueron clave.
“Nos resultó una facilidad que los institutos ya tuvieran el equipamiento. Como la carrera tiene partes de laboratorio, hay que contar con esa infraestructura. Mendoza tiene todas las condiciones. Al tener una industria del vino tan potente, se nos abrió una puerta”, dijo.
Lo mejor de todo: no es necesario saber nada de birra para empezar. Basta con tener el secundario completo y ganas de aprender. Eso sí, no es un paseo: la cursada incluye materias de base como matemáticas, en este caso aplicada a la industria.
Lejos de conformarse, Ghisaura pretende que la iniciativa llegue a más institutos el año que viene. Incluso tiene una idea ambiciosa: dictarla de manera online a partir de 2026.
“Esta carrera, con el nivel de profesionalismo que tiene, es la primera de la Argentina. Chicos de otros lugares del país también están interesados en realizar la capacitación. El título tiene un alcance provincial, pero estamos tratando de que en otras provincias se logre la misma certificación”, anticipó.
La carrera está dividida entre ejes: elaboración, con la materia prima y las normas de calidad; gestión propia de una cervecería, destinado tanto a quienes trabajan en una cervecería artesanal como a quienes desean iniciar su propio emprendimiento; y comunicación a la hora de vender un producto o, para quienes ya están dentro de una empresa, cómo gestionarlo.
Santa Fe, provincia cervecera
Para los profesionales que busquen dar un paso más en su formación, también hay otra alternativa. La Universidad Nacional del Litoral (UNL) dicta desde el 2018 la especialización en Producción de Cerveza y Microcervecería.
Su artífice y responsable es el doctor en Química Sebastián Collins, quien ingresó al mundo de la birra en el 2001.

“Apuntamos a profesionalizar el sector. Santa Fe tiene un microclima histórico, con una cultura cervecera muy arraigada. Consume 140 litros de cerveza por habitante por año, al nivel de República Checa (desde este año, Chequia), por ejemplo, cuando en Argentina está en 40 o 50 litros el promedio”, detalló.
En la actualidad, el programa de estudios se divide en tres aristas: la parte académica, con los docentes; la gente de la industria, que conoce el mundo de la birra en grandes proporciones; y los micro cerveceros, con saberes de la elaboración a pequeña escala.
Dictan clases profesionales que trabajan en la cervecería Santa Fe, más que centenaria, y también microcerveceros. Eso permite tener una visión panorámica del sector, atendiendo a las realidades diversas.
A la par, para cursar el postgrado hay que tener una carrera de grado afín (químico, bioquímico, sector alimenticio), aunque cualquier persona, independientemente de que posea título o no, puede tomar los cursos de forma individual como formación profesional.
“Tenemos un montón de cerveceros que tienen micro cervecerías. Esas personas pueden hacer los cursos de forma individual, rendir y aprobar, pero no pueden tener el título. Hay muchísima gente que hizo los cursos sin tener título de grado”, comentó.
Por otra parte, Collins cuenta por qué decidieron armar una carrera de postgrado: “Tomamos otro camino, con la intención de profesionalizar al sector. Estas carreras de especialización tienen que tener 360 horas de cursada. No es un cursito, es una carrera de postgrado, con teoría y prácticas de laboratorio, planta piloto y mucho más. Surgió desde el hobby, hasta transformarse en una cuestión formal”.