El inminente 2022, que ya casi podemos saborear, llega con muchas novedades de parte de Finca La Anita. Primero, el lanzamiento de un Cabernet Franc y un rosé, que se suman a sus reconocidos varietales Malbec, Cabernet Sauvignon, Syrah, Pinot Noir, Chardonnay y Sauvignon Blanc.
Además, la bodega planea durante el próximo año tener finalizado su proceso de certificación orgánica, como una muestra más de su compromiso medioambiental, y a la vez ofrece a sus visitantes conocer de manera directa su presente y sus proyectos.
Finca La Anita certificación orgánica y novedades en botellas
“Iniciamos un cultivo propio con un clon específico de más de dos hectáreas porque pensamos que esta es una muy buena zona para el Cabernet Franc”, explica sobre una de las novedades Richard Bonvin, CEO de Mendoza Vineyards y Finca La Anita.
El vino se fermenta en tanques de acero inoxidable y luego el 30% pasa por barricas de segundo y tercer uso. La primera añada (2020) es de 10.000 botellas, con un precio sugerido de $1.750 en vinotecas y restaurantes de todo el país.
Otra noticia destacada es la presentación de Pétalo de Rosa, un delicado rosé envasado en botellas Magnum de 1,5 litros, que, si bien fue lanzado en 2020, sigue siendo novedad ya que es el único en este formato. Se trata de rosé extra suave, con delicados tonos de piel de cebolla pálidos y aromas florales, de frambuesa y membrillo. Precio sugerido: $5960.
Finca La Anita se fundó en 1992, es pionera en la elaboración de vinos de alta gama y desde 2016 es propiedad del grupo suizo Origin Wine Global Distribution a través de su subsidiaria Mendoza Vineyards. Con un crecimiento importante en mercado interno durante los últimos tres años, el foco está puesto en la calidad y los nuevos lanzamientos.
Para quienes buscan algo diferente y son curiosos enófilos, en la Bodega de Agrelo está a la venta un Sauvignon Blanc de la bodega Le Grand Domaine de Sudáfrica, que también pertenece a Origin Wine.
Este vino tiene uvas de 10 parcelas diferentes ubicadas en Ciudad del Cabo, Ceres, Darling, Durbanville, Elgin, Elim, Lutzville, Standford y Stellenbosch. El precio sugerido es $1700.
Camino sustentable
Bonvin señala que durante la pandemia hicieron “un trabajo muy intensivo para cuidar cada detalle, mejorar la calidad de los vinos y lanzar, en un contexto difícil, nuevas líneas”.
“Desde el área comercial tuvimos una relación muy cercana con nuestros distribuidores principales y esto fue clave para nosotros. Hoy nuestro mayor potencial es el feedback entre el equipo comercial y técnico, nuestros clientes y los consumidores”, agrega.
En paralelo al crecimiento interno, la marca se propuso afianzar sus acciones en pos de la sostenibilidad. Soledad Vargas, ingeniera agrónoma de la Finca, anticipa que el año próximo culminará el proceso de certificación orgánica para las 72 hectáreas que tienen en Agrelo, Mendoza.
“El trabajo de monitoreo sobre las plantas y suelos es cada vez más intenso. Esto nos permite conocer mejor nuestra materia prima, las características de nuestro terruño y su impacto en los vinos”, subraya la especialista.
Finca La Anita certificación orgánica, junto con Grupo Crea y la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional de Cuyo está, además, en plena realización de un estudio de la flora autóctona para detectar cuáles son los mejores cultivos que se pueden poner en el viñedo para competir de forma orgánica con la maleza. ¿El objetivo? Más que loable: utilizar cada vez menos agroquímicos.
“Sabemos que lo más importante es tener la mejor materia prima, y ahora también la más sana. Estimamos que en 10 años no habrá futuro para quienes no se suban a la ola de sustentabilidad”, dice Vargas. Con esta filosofía, Finca la Anita prevé también adquirir riego por goteo y la instalación de paneles solares.
Estos proyectos pueden ser conocidos de primera mano porque la bodega abre sus puertas al público en Calle Cobos 13750, Agrelo, Luján de Cuyo. Al recorrido por los viñedos se suma el restaurante, el establo y la sala de degustación.
Pablo Torres, chef del restaurante, comenta que siguiendo la línea “verde” se incorporaron a la carta opciones veganas y vegetarianas, basadas en gran parte en la materia prima que obtienen de su huerta orgánica. Las proteínas y otros alimentos del restaurante los adquieren a productores locales y orgánicos.