
La alimentación consciente conlleva un problema: empezar a conocer de qué va la cosa es casi tan difícil como imaginarse el gusto que tendrá la comida al final. Por suerte para los vagos y los escépticos, desde hace algunos años existe el restaurante Buenos Aires Verde, que ahora además abre un nuevo local, cuya misión en la mesa es resolver ese problema. ¿Cómo lo hacen?
La carta, desarrollada por el cocinero y propietario Mauro Massimino, hace foco en la comida raw, es decir, en el crudismo. Y si para muestra basta un botón, en este restaurante no hay horno. O al menos no uno convencional. Porque hay otras formas de cocinar –en el fondo, deshidratar y procesar los alimentos– para que estén más activos para el organismo. De ahí que la llave para entender de qué va la cosa, son los platos raw “a la manera de”: por ejemplo, salchichas sin carne y con sabor a salchichas, por ejemplo la pizza sin queso y con sabor a pizza. Y así.
En el nuevo local de Belgrano la idea es la misma que desarrollaró Massimino en el de Palermo, sólo que más grande. Con una capacida de 50 cubierto, un mediodía de martes el local tiene ocupadas casi todas las mesas a casi seis meses de abierto. ¿La razón? La comida raw no cae pesada. Por el contrario, parece que no va a llenar y en el fondo es más contundente –por su componente de semillas activadas, de vegetales encurtidos y de sabores combinados– que una plato tradicional. Así es que sea con limonadas, tés o algunos de los buenos vinos orgánicos y biodinámicos que sirven, la opción de una parada entresemana para cargar las pilas es buena.
¿Qué probar?
La carta Dividida en Platitos, Súper Ensaladas, Raw, Sopas, del Fuego y Woks, ofrece una treintena de platos cuya descripción es bien eficaz a la hora de elegir. Todos los platos están indicados si son aptos celíacos o veganos. Y a modo de ejemplo, entre los platitos, pedimos las Salchichas veggies ($105), ni más ni menos que unas salchichas en aspecto, color y sabor ahumado, pero que no llevan carne, sino que están hechas con combinados de verduras y semillas. Las sirven con mostaza.
También pedimos la Sopita de miso ($98), un caldo de verduras, salsa de soja, miso, cubitos de queso tofu y cebollita de verdeo. Ideal para entrara en calor, sale con una ensalada de verdes bien contundente. Y, a modo de curiosidad, el Churrasquito ($168) que, por supuesto, no lleva carne como nada en este local: una suerte de bistec delgado hecho con semillas y otras rarezas, que sirven con mostaza, acompañado de verduras deshidratadas, queso de cajú ahumado, guacamole, tomates secos marinados y pepinillos con mayonesa de chile y sésamo; todo terminado con semillas activadas, brotes de y aceite de oliva. Como para quedar hecho, es verdad, con el dato anecdótico de que el sabor es curioso y está bien balanceado.
Cerramos el pedido con una Power Pizza Buenos Aires Verde 2 ($165), apta para veganos. Ni más ni menos que una masa crocante sobre la que vierten a modo de pirámide variedad de vegetales frescos y asados, con queso de cajú ahumado, quínoa tabule, guacamole y maíz blanco condimentado; terminada con hongos asados marinados, huevo vegan, olivas, tomates secos, pepinillos, mayonesa de chile y rawmesan.
Los helados del postre ($90), bien valen la pena. Están elaborados en casa y no llevan leche, lo que los convierte en algo así como un milagro del sabor y la textura. Para agendar la Green Hour, de 18 a 20 horas en que salen dos platos al precio de uno. Muy aprovechable.
Para quienes busquen darse un gusto, explorar otras cocinas o bien entrar en un mundo de alimentación consciente, la nueva propuesta de Buenos Aires Verde es una parada obligada. En eso, la comida es sabrosa y el local, coqueto y con cierto trazo de elegancia cozy. Así es que bien vale la pena la experiencia. Avisados están.
GPS Vidal 2226, Belgrano, CABA / 4787 1375 Lunes a sábados de 9.00 hs a 0: 00hs