Hace unos años hablar de vinos rosados era referirse a un subproducto enológico elaborado a partir de sangrías y mezclas de blancos y tintos. Pero hoy estos vinos ya se codean con los tintos y blancos sin sonrojarse. Incluso muchas de estas etiquetas ascendieron en góndola en una declaración de calidad. Ya no son vinitos sencillos y baratos sino que aseguran buen sabor y calidad.
Al Malbec se suman otros varietales, como Cabernet Franc, y los espumosos se multiplican gracias a la aceptación de los consumidores. Finalmente las cosas se acomodan a favor de estos vinos que ofrecen diversidad y propuestas para todos los paladares. para darse un gusto, estos son buenos ejemplos:
Kaiken Rosado de Malbec (2015, $100) Aurelio Montes y Rogelio Rabino, enólogos, se propusieron incrementar la frescura de los vinos de bodega Kaiken y acuden a viñedos de altura y cosechas más tempranas. Las uvas para este vino, por ejemplo, comienzan a cosecharlas a inicios de Marzo y eso sirve para comprender su textura y acidez. El color es un rojo clarete y los aromas transitan entre la fruta roja y las flores frescas. En boca despliega una frescura aguda que se sostiene hasta el final. Ligero, de sabor frutal intenso parece diseñado para acompañar las achuras al pie de la parrilla.
Trampa (2015, $135) el nombre de este vino esconde la confesión de Ricardo Santos, su creador. Es un rosado elaborado principalmente con Semillón y solo el 35% del corte es Malbec. Quizás esa sea la explicación de su color de tonos apenas rojizos. Aromática cítrica y floral con dejos de guidas y berries. Paladar envolvente de buena frescura y balance. Un rosado pensado para platos frugales o charlas al aire libre.
Plop Rosado de Cabernet Franc (2015, $165). Manuel es el más joven del clan Michelini, hijo de Gerardo y Andrea Muffato, productores de los vinos Ji Ji Ji y Crua Chan. Con 19 años, este muchacho acaba de presentar un rosado de Cabernet Franc elaborado con uvas de Chacayes, un paraje en alza dentro del Valle de Uco. La vinificación la realiza en huevos de hormigón con un maceración fugaz que apenas tiñe al vino. Su aromática es fresca y profunda pero lo que sorprende es su paladar tenso y etéreo con regusto de frutos rojos y dejos florales. Una curiosidad que da que hablar.
Cuvelier de los Andes Rosado de Malbec (2015, $121). Hasta ahora se trataba de un vino de partida limitada que Adrián Manchón, enólogo de la bodega, sólo compartía con quienes lo visitaban en Mendoza. Esta exclusividad generó una demanda que finalmente lo llevó a ampliar la producción para llegar a las góndolas. La exigencia del público se entiende cuando el vino llega a la copa: expresivo, con matices de frutos rojos, flores y dejos tropicales, es muy personal en su estilo bien refrescante. Son pocas botellas, a no dormirse.
The Apple Doesn’t Fall Far From The Tree Rosé (2015, $160). Matías Riccitelli, enólogo joven, sigue haciendo de las suyas y este año la cosa viene rosada. El blend es 80% Malbec de Perdriel (Luján de Cuyo) y 20% Pinot Noir de Gualtallary (Tupungato), una ecuación que resulta armónica y vivaz. El color es rosado tenue, como los de Provence (Francia), y tanto en nariz como en boca su expresión es igual de atenuada. Aromas de fruta roja y cítrica, junto a flores, que en boca se exaltan mientras el vino refresca y fluye delicado. Un vino sutil que se bebe fácil.
Sylvestra Brut Nature Rosé (2015, $235). Walter Bressia amplió el porfolio de la bodega familiar con una nueva marca para vinos jóvenes llamada Sylvestra. Este es el más nuevo, un espumoso 100% Pinot Noir de la cosecha 2015. A su color rosado chicle se suma una expresión frutal profunda y fresca con tonos cítricos. Paladar chispeante y delicado con burbujas de tacto amable. Vino ideal para una velada romántica.
Chandon Brut Nature Rosé ($155). Último lanzamiento del líder local en burbujas. De color rosado leve, sorprende con una acidez casi filosa producto del cultivo a más de 1500 metros de altura en Tupungato, Valle de Uco. El frío extremo de la región asegura la frescura a la vez que imprime notas cítricas en combinación con las que aporta el método tradicional como frutos secos, pasta de almendras y corteza de pan tostado. Sofisticado y elegante, para sorprender a muchos.
Lindaflor Extra Brut de Malbec ($263). Marcelo Pelleriti es reconocido por sus vinos tintos. Lo que pocos saben es que lo desvelaba elaborar espumosos. Finalmente lo hizo y el resultado es elocuente. Eligió uvas Malbec de la finca de Bodega Monteviejo en Vista Flores, Valle de Uco, y emlpeando el metodo tradicional, elaboró este vino que reposa 18 meses sobre lías. De un tono rojo ligero y brillante con burbujas finas y veloces, aromáticamente se vale de un buen caudal frutal que recuerda a ciruelas frescas, guidas y cerezas. Es amplio, con buena mousse y frescura.
Colonia Las Liebres Brut Nature Rosé Bonarda ($219) La bodega que redefinió el perfil de la Bonarda presentó en 2014 este espumoso que deja en claro que con el varietal se pueden lograr vinos elegantes. De color rojo suave con reflejos de tinte violáceo muestra burbujas finas y ligeras. Nítida expresión frutal con tonos de frutos rojos y fondillo herbal. Paladar sabroso y tenso, vibrante. Un vino versátil para disfrutar a la hora del aperitivo o en la mesa junto a unas pastas con aires mediterráneos o pesca a la plancha.
Celestina Malbec Rosé ($248). El enólogo Pepe Regginato dirige una bodega especializada en espumosos. Y si bien el negocio principal de su familia es la elaboración de burbujas para terceros, ahora también cuenta con etiquetas propias. Este rasado es elaborado mediante el método tradicional con uvas de Altamira, Valle de Uco. Resulta moderno y vivaz con aromas de frutos rojos frescos, hierba y dejos tropicales. Sus burbujas firmes y medio de boca sabroso lo convierten en una opción ideal como aperitivo.
Alejandro Iglesias