
Hay una ecuación que nunca falla: a quien le gusta comer, casi siempre le gusta cocinar. Y hablamos de cocinar de verdad, no ponerse el delantal para hacer recetas complicadas recortadas de libros, sino las que requieren de nuestra creatividad a diario, lejos de planes complejos y tediosos. La otra ecuación que tampoco nunca falla, es que a quien le gusta cocinar y comer, también le gusta beber vino. De los que se compran para tener en casa por si acaso o alguna que otra rareza que logró despertar curiosidad.
En plan de prestar un servicio a los Vinómanos que cumplen con las dos ecuaciones –son la mayoría, estamos seguros- buscamos algunas recetas fáciles que nos gustan, para que experimentemos con la cocina cotidiana y a la vez avancemos sobre vinos que no necesariamente están en nuestro ABC. Y así, de paso, despuntar el buen vicio de la cocina y el vino, que más que vicio es un placer. Las cinco recetas están pensadas para dos personas. Tomá nota y poné manos a la obra cualquier día de estos:
Arroz con Calamares
Cuando vayas al súper, pasá por la pescadería y comprá calamares y sus tentáculos, de los que ya vienen limpios. Son baratos y los podés freezar sin problema. Y el día que tenés ganas de darte un gusto, hacés esta receta. En una olla alta dorás en aceite de oliva un morrón y una cebolla cortados en pluma; cuando la cebolla se pone transparente, le sumás un diente de ajo picado fino y revolvés un minuto. Luego agregás el calamar cortado en anillos, con los tentáculos troceados. Rehogás un minuto removiendo con la cuchara de madera y agregá el toque maestro: una copa de vino blanco. Esperás que comience a evaporar, y le sumás dos tacitas de arroz –puede ser doble carolina o cannoli- mezclás y cubrís con agua o caldo. Cuando empiece a hervir, bajá el fuego y dejá cocinar 15 minutos o hasta que se evapore el líquido. Por último rectificá sal y pimienta y dejá reposar cinco minutos antes de servir. Ideal para un plato así es un Chardonnay sin madera, como Alamos 2013 y Saurus 2012.
Langostinos envueltos en jamón crudo
Esta receta es ideal para lucirte cuando viene gente a tu casa. Lo bueno de los langostinos es que podés comprarlos ya congelados y, para salir de un antojo, con tener una bandeja en el freezer hacés maravillas. Si en cambio tenés un espíritu más laborioso, compralos crudos y en una olla con un poco de agua, hervirlos unos minutos y cuando viren al color naranja los sacás, los pelás, te deshacés de la cabeza (o hervila junto con las cáscaras en la misma agua y hacés un caldo para freezar) y la vena negra del lomo. Cuando estén, cortá unas fetas de jamón crudo, envolvé los langostinos y cruzalos con un escarbadientes para que no se desarmen. Calentá la plancha y rociala apenas con aceite de oliva para que no se peguen los langostinos cuando los cocines. Sin que se toquen unos con otros, los ponés en la plancha y, con darle 3 minutos de cada lado, tenés un finger food perfecto para acompañar con rosados como Amalaya 2013 y Escorihuela Gascón 2013.
Mejillones a la provenzal
Este es otro tentempié ideal para comer con la mano. Comprá mejillones frescos –elegí sólo los que están cerrados- y colocalos en un bowl con agua durante una hora para limpiarlos. En una olla alta poné un hilo de oliva y rehogá unos dientes de ajo picados más bien grueso, agregá los mejillones y sumale una taza de vino blanco. Condimentá con sal y pimienta, revolvé y tapá. Dejá cocinar unos minutos hasta que los mejillones se abran. Luego, le agregás un puñado de perejil picado, mezclás y cociná todo por un par de minutos más. Serví en una fuente con el jugo de la cocción. Esta receta es perfecta para un Sauvignon Blanc como Altas Cumbres 2013 y Portillo 2013.
Medallón de merluza a la romana
Cuando comenos merluza a la romana suele ser en filet porque así lo cortan en la pescadería. Para que tu plato tenga un poco más de onda, pedile al pescadero troce una merluza en postas sin escamas. Una vez en tu cocina, salpimentá los medallones, pasalos por harina y después por huevo batido. Cuando los tenés listos, los freís en una sartén en aceite de maíz o girasol –oliva para los más valientes- y una vez dorados, los retirás y secás en papel absorvente. Podés acompañarlos con arvejas y zanahorias al vapor, con un chorrito de oliva. Perfecto para este plato contundente y aromático, le viene bien blancos de es tipo, como los Torrontés Cafayate Reserve 2013 y Durigutti 2013.
Papillote de pescado
Es una de las recetas más sencillas y prácticas, pero no todo el mundo la conoce. Vas a necesitar unos filetes chicos, puede ser brótola, merluza o lenguado. Cortá una zanahoria en juliana –usá un pela papas si te da fiaca-, puerro y ají morrón. Cortá una hoja de papel de aluminio para cada porción, que sea más del doble de tamaño del pescado. Sobre el aluminio poné primero las verduras y arriba el pescado, el jugo de un limón, sal, pimienta y un chorro de aceite de oliva. Hacé unos paquetitos bien cerrados para que no salga el vapor y no se seque. Pre calentamos el horno y cuando esté caliente cocinamos durante diez minutos, no más. Servilo con un rosado como Ciclos Malbec 2012, pero también un Chardonnay fresco y ligero, como Domaine Bousuqet 2013 y Graffigna Reserve 2011.
Emiliano Rodríguez Egaña