En la actual era digital, la de las marcas con propósito, la de la búsqueda de la sustentabilidad, las comunidades unidas por una causa justa no tienen techo. Los proyectos colaborativos germinan y florecen hasta expandir sus semillas como inspiración que da origen a más ideas colectivas.
En ese marco, un grupo de emprendedores, ejecutivas y empresarios, convencidos de que “buena parte de nuestros problemas se deben a que competimos demasiado”, invitó a todos los amantes del vino a sumarse al lanzamiento de una etiqueta muy especial, un espectacular Cabernet Sauvignon 2018 de Luján de Cuyo, Mendoza, al que llamaron Luciérnaga.
Luciérnaga, echar luz jugando
El objetivo de la iniciativa es unir escuelas del mundo para que se conecten jugando, y todos podemos ayudar comprando o regalando una caja de esta edición limitada.
Cada vez que una botella edición limitada de Luciérnaga llega a tus manos, estás apoyando la educación del futuro. Cada caja se convierte en una beca para que una institución participe de un proyecto innovador llamado Vajú, mediante el cual los niños aprenden valores a través del juego.
La presentación del vino tuvo un formato diferente en la que reconocidos representantes de la industria compartieron una charla donde se conversó sobre “¿Cómo fomentar la generación de marcas con propósito en la industria?”
La mesa estuvo compuesta por los enólogos Gustavo Rearte (Achaval Ferrer), Sebastián Zuccardi (Zuccardi Valle de Uco) y Alfredo Draque (Insolente Wines), quienes junto a Claudia Piedrahita (Gerente General de Casarena Bodega y Viñedos) y Gonzalo Yañez (representante de MoonDesk e impulsor de Luciérnaga) compartieron experiencias sobre generación de proyectos con impacto positivo.
“Nuestro objetivo es que existan más marcas de este tipo. Bienvenida la competencia”, exclamaron los expositores, tomando el costado sano de medirse con otros a partir de sumar lo mejor de cada uno.
Es por eso que propusieron al resto de la industria que piense de qué modo sus respectivas empresas pueden aportar a la causa. Y para eso sugirieron inspirarse acá.
Educación inclusiva
“En MoonDesk buscamos que nuestros usuarios trabajen con menos estrés -nuestra causa social-, evitando desperdicios de materiales debido a errores de etiquetado. Ese mismo compromiso de generar impacto nos llevó a auspiciar el lanzamiento de Luciérnaga, como apoyo directo a otra causa social: la de la educación”, afirmó Gonzalo Yáñez, co-fundador de la plataforma.
Los educadores de Vajú han armado este proyecto con base en la neurociencia, proponiendo a los niños explorar el mundo mediante el juego y su vinculación con los demás. Es inclusivo y vence las fronteras económicas y culturales porque permite que todos participen.
Los docentes se capacitan y son ellos mismos quienes implementan los juegos educativos con los alumnos. “Es una manera original y divertida de motivarlos a que aprendan y que conecten con otras personas”, sostiene Gianina della Gaspera, fundadora de Vajú, con más de 10 años de experiencia en docencia y especializada educación a través del juego.