Descripción
El proyecto que impulsa el winemaker mendocino Tomás Stahringer se enfila entre las curiosidades de la góndola que no se pueden dejar pasar así nomás. Ya por su estética con las típicas calacas mexicanas, en algunos casos con etiquetas de metal, vale la pena darle una oportunidad hasta que los probas y notas que no pifiaste. En el caso de este blend de partes iguales de Malbec, Cabernet Sauvignon y Franc, se trata de un tinto intenso con buen cuerpo e importante carga de sabor. Frutal en principio pero también tostado, herbal y terroso, logra complejidad luego de unos minutos en copa mientras que en boca es envolvente, sabroso y largo.
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