Descripción
Con su proyecto personal Matías Riccitelli se impuso como uno de los enólogos más importantes del país. Primero buscó los mejores orígenes para Malbec y desarrolló un porfolio sólido y personal. Luego expandió su interés a otras cepas y en 2015 presentó sus blancos. Este Chardo es de Gualtallary y para su elaboración se selecciona manualmente cada racimo. Una vez vinificado el 50% del vino reposa ocho meses en roble y el resto lo hace en piletas de hormigón. La unión de ambos componente ofrece un estilo distinguido y sobrio, cercano a la expresión de algunos blancos de Borgoña. Un vino para exigentes.
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