Descripción
Los memoriosos se acordarán de este vino como un ícono de los rosados allá por la década de 1990, cuando supo ser punta de lanza de una nueva movida. A la fecha, sigue en plena vigencia de sus fueros, aunque este 2012 no esté a la altura de otras vendimias. De un elegante color guinda, propone una atractiva aromática donde las frutas rojas se expresan nítidas y recuerdan a un cocktail, recortadas sobre un fondo herbal y cítrico. En boca despunta por su acidez alta, filosa y málica, con ligereza de paso y final grato. Sin ser la gloria, se disfrutará largamente en un brunch de domingo o en tardes calurosas de verano.
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