Descripción
Paraje Altamira sigue dando que hablar con sus suelos pedregosos, cuyos vinos destacan siempre. Este nuevo proyecto es impulsado por Marcelo Goldberg, talentoso empresario textil devenido en viticultor. Junto a su hijo, Nicolás, buscan embotellar la esencia de uno de los terruños más representativos de la actualidad vitícola local. A diferencia de otros Malbec de la zona, destaca por su equilibrio y balance desde el primer sorbo. No juega con emociones fuertes sino con elegancia. Un vino singular en momentos en que verborragia pondera la suma de virtudes por sobre la elegancia austera. Rojo violáceo profundo y brillante. Muy expresivo en nariz, profundo. En primer plano se aprecia la fruta roja fresca junto a tonos silvestres y terrosos. Trazos herbales y florales frescos que contrastan con los ahumados del roble. Ataque amplio, fluye caudaloso y tenso. Buen balance en medio de boca donde despliega sabores francos y taninos jóvenes, pulidos pero firmes. Regusto frutal.
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