Descripción
El Pinot Grigio llegó a la Argentina desde Italia a mediados de los años noventa del siglo pasado. Se afincó rápidamente, aunque ejemplares varietales recién empezaron a verse en la góndola una década más tarde. Entre los pioneros está este blanco de Graffigna que cumple con lo que uno espera de la variedad: pocos aromas y una boca sabrosa y chispeante. De color acerado y resplandeciente, propone una aromática algo desleída con trazos herbales y de flores blancas. Al paladar es bien etéreo, muy acuoso y suelto, de acidez cítrica y vibrante. Blanco curioso, cuya principal atractivo es su sencillez.
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