Descripción

Ninguna bodega argentina le encontró la vuelta al Tempranillo como lo hizo Zuccardi, al punto que se convirtió en una de sus especialidades. Aun se escuchan historias acerca de cómo desde su primera cosecha, en 1997, el Q Tempranillo sorprendió incluso a los españoles, expertos de esta cepa. El secreto parece radicar en su antiguo viñedo de Santa Rosa, en el este mendocino. Desde allí cada una de sus catorce ediciones dieron lugar a elogios y reconocimientos. La de 2010 no se queda atrás con su color rojo rubí brillante y identidad que lo diferencia de todos los tintos de la bodegas. Los aromas de hierbas aromáticas frescas se mezclan con los dejos de bosque y un roble bien integrado que brinda dejos especiados y ahumados. En paladar sorprende por su equilibrio y sutilezas. Es pleno y vivaz con un medio de boca sabroso que recuerda a las confituras de frutos de bosque. Taninos firmes que decretan un final brioso y prolongado. Un vino complejo que no deja de sorprender en cada cosecha.