Bodega Norton

El ingeniero Edmund James Palmer Norton era británico y trabajaba en trazado del ferrocarril trasandino cuando, en 1895, decidió echar raíces en Mendoza. Compró una propiedad al sur del río Mendoza, la primera en plantarse de ese lado, cuyo primer puente llegaría años después con el mismo tren que lo trajo a la provincia. Cautivado por el vino, Sir Palmer Norton le puso su apellido a Bodega Norton.

Poco más un siglo después, la bodega compró y plantó otras viñas más, entre Perdriel y Agrelo, donde destaca Finca La Colonia. En total son 5 viñedos de entre 30 y 80 años. Bajo la actual dirección, la del austríaco Michael Halstrick –la familia Langes-Swarovsky de quien forma parte la compró en 1989–, Bodega Norton cobró fama internacional y desarrolló las líneas de vinos más modernas: a los clásicos Perdriel Caramañola, ícono del vino argentino ya desaparecido, le siguieron Norton Privada, Norton Reserva y Norton varietales, además de la línea Perdriel Centenario que relanzaron a mediados de la década de 2010.

Elegida varias veces entre las mejores empresas de Argentina en las que trabajar, la propuesta actual de Bodega Norton ofrece en el restaurante La Vid, uno de los high lights de la gastronomía de bodega. Un paseo por su cava, donde hay botellas desde la década 1940, una oscura tentación que vale la pena vivir.