En la encantadora costa atlántica uruguaya, se erige un verdadero paraíso vinícola que ha cautivado los paladares más exigentes del mundo: Bodega Garzón. Este rincón no solo es una bodega, sino una experiencia que ha elevado el vino uruguayo a nuevas alturas, convirtiéndose en un ícono global de la enología.
Reconocida como la Mejor Bodega del Nuevo Mundo por Wine Enthusiast en 2018 y ocupando el sexto lugar en el prestigioso ranking World’s Best Vineyards, Bodega Garzón es un proyecto de Alejandro y Bettina Bulgheroni, quienes además cuentan con bodegas en Argentina, Italia, Francia, Australia, Estados Unidos y, por supuesto, Uruguay.
Bodega Garzón:un paraíso vitivinícola
Ubicada en Maldonado, esta bodega fue pionera en la transformación de la imagen del vino uruguayo, convirtiéndose en el referente indiscutible de los vinos premium del país.
Su historia comenzó con la visión de los Bulgheroni y el enólogo consultor Alberto Antonini, quien quedó cautivado por la belleza de esta finca de 700 hectáreas, entre Garzón y las exclusivas playas del este uruguayo.
Lo que hace único a este lugar es su excepcional terroir. Las colinas de balasto, con sus suelos antiguos y la influencia constante del Océano Atlántico, a solo 18 km, crean un entorno perfecto para la vitivinicultura.
El viñedo está dividido en 1.150 parcelas individuales, cada una con su propio microclima, generando un mosaico que se asemeja al paisaje de la Toscana.
Sus 250 hectáreas cultivadas cuentan con cepas de Tannat, Albariño, Marselan, Cabernet Franc, Merlot, Sauvignon Blanc, Petit Verdot y Pinot Noir, entre otras.
Vinos de terroir y una bodega sustentable
Dentro de la bodega, construida con un diseño sostenible y certificada LEED, el winemaker Germán Bruzzone elabora un portafolio diverso que incluye las líneas Estate, Garzón Reserva, Single Vineyard, Garzón Petit Clos y el exclusivo Balasto, único vino uruguayo incluido en el catálogo de La Place de Bordeaux.
El diseño escalonado del edificio ubicado sobre terrazas naturales permite utilizar la gravedad para la elaboración de los vinos. Esta eficiencia de las instalaciones optimiza el recurso energético, al mismo tiempo que genera su propia energía.
Cuenta con tres sectores de fermentación más uno de crianza, con recipientes de acero inoxidable, piletas de hormigón sin epoxi y cubas troncocónicas de roble, que permiten expresar al máximo el carácter del terruño.
Todos los vinos, sumados los espumosos, reflejan la diversidad y riqueza de este terroir único.
Balasto, un vino único
El ícono de Bodega Garzón es elaborado con uvas seleccionadas de las parcelas de las colinas de balasto que poseen excelente drenaje y múltiples minerales que las raíces de la vid absorben, otorgándole vibrancia, energía y complejidad a los vinos.
La añada 2020 de Balasto, recientemente lanzada al mercado, es una de las más excepcionales desde la creación de este vino ícono de la vitivinicultura uruguaya en 2015.
Gracias a una vendimia que se destacó por su invierno regular y su verano con amplitud térmica, Bruzzone obtuvo frutos de calidad óptima que le permitieron combinar 42% Tannat, 39% Cabernet Franc más 19% Petit Verdot y obtener un vino soberbio que luego envejeció durante 20 meses en barricas de roble francés sin tostar, de 25 y 50 hectolitros.
“Balasto es la interpretación de este lugar y lo elaboramos a partir de los mejores componentes que logramos en cada vendimia. Estos componentes provienen de las mejores parcelas del viñedo que denominamos la Olla y cada uno de estos vinos es la expresión más precisa de ese lugar”, detalla Bruzzone.
La unión de esos mejores exponentes resulta, cuando la cosecha permite alcanzar la máxima calidad, en la creación de Balasto. “Y en el 2020 sin dudas logramos uno de los mejores resultados”, define.
Balasto 2020 es un tinto de color rubí con tonos púrpura, muy profundo y brillante. Se destacan en este vino los frutos rojos y negros frescos, los aromas especiados, el grafito, regaliz, casis, cedro y ceniza de puros.
Al paladar es sedoso, envolvente, con centro de boca aterciopelado y jugoso, con taninos firmes de textura fina. El final es prolongado con retrogusto balsámico. Se trata de un gran vino con buen potencial de envejecimiento.
Experiencia Garzón
Pero Bodega Garzón va más allá de la vinificación; es una experiencia sensorial completa. La bodega celebra la pasión por el vino y la naturaleza, ya que es también hogar de un restaurante comandado por el reconocido Francis Mallmann.
Este espacio único, adaptado para disfrutar de momentos inolvidables, ofrece una propuesta gastronómica innovadora que armoniza perfectamente con los vinos de la casa.
En resumen, Bodega Garzón no solo es un destino imperdible para los amantes del buen vivir, sino que es una joya que ha llevado al vino uruguayo a conquistar el mundo, consolidándose como un referente indiscutible en la escena vitivinícola global.
