España es uno de los países más importantes del mundo del vino. Con un millón de hectáreas de viñedos, produce desde los Pirineos a la costa Atlántica y da vida a muchas de las etiquetas más exquisitas del planeta. A la hora de hablar de sus blancos, los de Albariño son los más famosos. Procedentes de Galicia, estos vinos de carácter marítimo ofrecen diferentes estilos que van de maravillas con la comidas típicas de la región.

De las 19.000 hectáreas cultivadas con este varietal en todo el globo, 14.000 están en Galicia, y Rias Baixas es la Denominación de Origen donde más se lo cultiva. Estos viñedos se encuentran en pendientes frente a los ríos de la denominación sobre suelos de granito, y la altura y proximidad al curso de agua define su madurez y expresión.

La cercanía al Atlántico es determinante en el perfil refrescante, salino y tenso de los albariños gallegos. De ahí que en los últimos años muchos viñedos del mundo con influencia marítima han apostado a este varietal, considerado uno de los más antiguos del mundo.

 

¿Albariño argentino?

Si los albariños más reconocidos del mundo se cultivan en zonas costeras, podría decirse que es imposible encontrarlo en Argentina. Pero no es así: los hay y no solo a poca distancia del mar sino también en la montaña. 

El primer varietal de Albariño elaborado en el país lo embotelló familia Muñoz, propietaria de Viñas las Perdices, a partir de un viñedo que plantaron en 2008 en Agrelo. Para esto importaron material de un vivero francés con el que plantaron dos hectáreas, que luego extendieron a cuatro cuando las primeras plantas se arraigaron. Ubicado a 950 metros sobre el nivel del mar, la altura define su carácter. 

A diferencia de los albariños gallegos, en Agrelo, al ser un clima más cálido y de mayor amplitud térmica, notamos que Las Perdices Albariño es un varietal con más peso en boca y de un perfil tropical al que se suman las flores blancas típicas de los tonos florales y de damasco”, detalla Fernando Losilla, winemaker de la bodega.

Costa y Pampa Acantilado
Para los viñedos de Costa & Pampa, la bodega experimental de Trapiche en Chapadmalal, la proximidad con el mar es clave en sus vinos de Albariño.

Unos años más tarde, en 2014, Trapiche plantó 1,6 hectáreas en el viñedo de Costa & Pampa, la bodega experimental que inauguraron en Chapadmalal, a solo siete kilómetros del mar. De este viñedo nació el segundo varietal local de Albariño, que lanzaron al mercado en 2018. 

La influencia oceánica es determinante en este blanco de estilo muy próximo al gallego. Su creador, el joven Ezequiel Ortego, destaca: “Costa & Pampa Albariño es un vino bastante aromático, con muy buena acidez. Notamos que si lo criamos sobre las lías gana volumen en boca y aumenta así el potencial de aroma”. Incluso cuentan también con otras tres hectáreas a solo 1,5km de la costa, cuyos resultados aún son un secreto. 

Puerta del Abra
Puerta del Abra ofrece un paisaje de viñedos tan insólito como sus vinos.

Pero esto no es todo: un nuevo ejemplar de Albariño bonaerense fue presentado recientemente por la bodega Puerta del Abra, ubicada en Balcarce. Con un microclima propio, esta región de sierras y suelos calcáreos apuesta a dos blancos muy singulares, un Riesling y un Albariño del cual ya embotellaron las cosechas 2018 y 2019. Con apenas una hectárea de viñedo de este varietal plantado en 2015, ofrecen un estilo muy interesante del que Delfina Pontarolli -su responsable– destaca: “Insólito Albariño es un vino que siento similar a los blancos de Galicia, aunque con una nota mineral como de tiza o piedra mojada que lo diferencia. Este es un denominador común de todos nuestros vinos. Si tengo que compararlo con los de Mendoza, diría que el nuestro es más cítrico”.

 

Albariño del mundo en Argentina

Sabemos que no es fácil encontrar vinos de otras latitudes en el país, pero para organizar una Masterclass de Albariño increíblemente alcanza. Y no es por conformarnos con los que se consiguen, sino que vale destacar que hay de los buenos.

Por un lado, se encuentran botellas de dos exponentes uruguayos de fama mundial elaborados por las bodegas Bouza y Garzón. Obviamente que las condiciones de los viñedos charrúas son ideales para esta variedad y por esto el winemaker Eduardo Boido en 2001 decidió cultivarla en el viñedo de Bodega Bouza, en Canelones. La primera elaboración fue en 2004 y así se embotellaba el primer Albariño de Sudamérica. 

Desde hace unos años, gracias a la vinoteca Baltimore, Bouza Albariño ($2720), un blanco de perfil floral, frutos blancos y buen peso en boca, se consigue en Buenos Aires. A su vez, Garzón Reserva Albariño ($1650) es elaborado con uvas de un viñedo de 2009 por Germán Bruzzone, quien destaca que se trata de un blanco “tenso, súper fresco y mineral, producto de las condiciones del viñedo y la cercanía al Atlántico”. 

De España, en tanto, también se consiguen. Leirana Finca Genoveva Albariño 2017 ($5650), de Forjas del Salnés, bodega de Pontevedra, Rias Baixas, y colaboración del talentoso Raúl Pérez, es lo mejor que vas a conseguir en Argentina. Este vino, considerado entre los mejores blancos de Galicia, nace de un viñedo de 150 años y es envejecido 12 meses en fudres de roble. De las 6000 botellas producidas, Ozono Drinks ofrece algunas en su sitio.

Del grupo Casa Rojo, importado por Casa Pirque, está disponible La Marimorena 2016 ($1800), una versión moderna de los blancos de Rias Baixas que se luce con su carácter atlántico en copa con recuerdos de frutos frescos blancos frescos, dejos de lima y jazmín. Un sabroso exponente gallego para platos de mar.

 

Viñedo Terras Gaudas
El viñedo O Rosal de Terras Gaudas es uno de los más famosos de la Denominación de Origen Rías Baixas, en Galicia.

Terras Gaudas es otro productor destacado de Galicia que es importado al país por Morocho Group. De sus vinos, el que mejor nos acerca a la expresión más clásica de Rias Baixas es Terras Gaudas O Rosal 2018 ($3280), elaborado con 70% Albariño, 22% Caiño y resto de Loureiro, lo que ofrece un perfil muy frutal con tonos cítricos y de frutos de carozo, con trazos minerales que se repiten en boca. Allí es amplio, pero fresco y salino.

En tanto, Terras Gauda Etiqueta Negra 2016 ($5700) es fermentado en barricas de roble francés y criado sobre lías por cuatro meses. Aquí notamos la complejidad que pueden lograr los blancos gallegos ya que se trata de un vino intenso, ideal para la guarda. 

Por último, otro vino de Galicia, pero en este caso de la Denominación de Origen Ribeiro donde el Albariño es uno de los protagonistas, es el que elaboran los hermanos Durigutti junto a Atilio Pagli en su proyecto Castrelo Das Pedras. Se trata de Raíces del Miño Cepas Autóctonas 2017 ($1840), un corte de viñedo también compuesto por cepas típicas gallegas como Albariño, Treixadura, Godello y Loureiro. En este caso, es un vino envolvente y fragante de final largo. Este último disponible en Ksana Wines.

 

Es sommelier y un consumado buscador de tesoros. Capaz de degustar cientos de vinos y de recordar del primero al último con la precisión y la agudeza de un entomólogo, conoce como nadie esos rincones del mercado a los que todos quieren llegar. Por eso elige los vinos del Club Bonvivir. Por eso escribe en Vinómanos (plataforma que fundó en 2013) sobre sus hallazgos o bien en importantes medios nacionales como Clase Ejecutiva, o internacionales como Decanter.