¿Vinos para enloquecer? Claro que sí. Leé con atención.
Una de las particularidades del mundo del vino es que tomás (siempre), pero tomás como correctas cosas que en otras actividades (casi siempre) están mal. O que al menos no son del todo bien vistas. Pero hay más.
Si partimos de la premisa de que la elaboración de un vino es para muchos una expresión artística, entonces podemos afirmar que la locura asegurará, cuanto menos, un producto original.
Es habitual escuchar que el apodo más común entre los enólogos sea “Loco”. Probablemente esté relacionado con la demencia que liberan a la hora de volar con la imaginación, y que les permite lograr creaciones distintivas.
Este apelativo gana adeptos año tras año, cuando todo parece estar permitido y las viejas recetas en muchas bodegas se han dejado de lado.
Por esto mismo, vemos que en el mercado las etiquetas nos invitan a enloquecer con sus diseños, cortes u orígenes. Los límites de la sorpresa se corren constantemente y, sin dudas, los enólogos están más locos que nunca.
Lo bueno es que la calidad de sus vinos suele ser proporcional a sus delirios.
Repasemos, entonces, ¿cuáles son los vinos para enloquecer o que nos proponen un sorbo locura en cada copa?
Viña Los Delirios, de Ksana Wines
Si sos de los que busca como loco en internet nuevas etiquetas para la mesa diaria, seguro ya diste con esta propuesta que solo se consigue desde la página de la distribuidora (con entrega a domicilio) o en el circuito de vinotecas de Mendoza. Se trata de una línea de varietales clásicos de muy rica expresión que, por $250 la botella, son un disparate.
Otro Loco Más Malbec
La vas a encontrar en todos lados: vinotecas, el súper chino y hasta algún drugstore 24 horas puede que tenga esta botella de curioso diseño que cambia si la invertís (sin descorchar, preferentemente). Es elaborada por Bodega Don Bosco y propone un consumo desenfadado para todos los públicos posibles y a un precio muy tentador de 300 pesos. Si buscás vinos para enloquecer, acá tenés un plan al alcance de tu mano.
Desquiciado
Trabajando en Manos Negras, en 2014 Gonzalo Tamagnini y Martín Sesto se tentaron con lanzar sus propios vinos. Por su forma frenética de trabajar junto al Colo Sejanovich, todos los conocían como los locos de la bodega y de ahí derivó el nombre de este proyecto que recurre a diferentes especies de animales en las etiquetas que al día de hoy son poco más de diez. Varietales y cortes, todos los vinos son de perfil moderno intenso y con excelente relación precio-calidad. Vas a encontrar desde los $485 un Cabernet Franc súper prolijo o un original Garnacha ($545).
Loco, de Tempus Alba
Malbec y Cabernet Sauvignon (cualquiera de los dos a $550) que nacieron con la primera vendimia de Tempus Alba en 2003, son dos vinos sin paso por barrica que inmediatamente se instalaron en el mercado asiático. En sus etiquetas pueden verse las manchas del test de Rorschach y desde 2013 están presentes en el ámbito local, principalmente en restaurantes. Sin dudas llaman la atención de muchos consumidores, más allá de los impulsos psiquiátricos.
Aquí estamos todos locos, de Lucas Niven
En 2015 Lucas Niven se propone comenzar a embotellas cepas no tradicionales del Este mendocino y experimentar con diferentes técnicas de elaboración. La primera promesa de esa iniciativa fue una Garnacha que por error cortaron con Ancellotta y dio vida a un vino impensado que hoy es un must del porfolio de Niven ($590). Esta locura prendió y sumó un Tempranillo-Ancellotta, un Pinot Noir de Maceración Carbónica, una Garnacha fermentada con piedras, el Sauvignon Franc (un rosado de Sauvignon Blanc co fermentado con Cabernet Franc) y, de la última cosecha, un Bequignol, un Maticha y un Lambrusco Maestri, todos vinos para enloquecer. Si no entendiste el nombre de los vinos mejor tomate una cerveza.
Demencial, de Finca Las Moras
Finca las Moras es una de las bodegas más importantes de la provincia de San Juan y esta línea es su más reciente apuesta en el Valle de Pedernal. El nombre nace a partir de la presentación en sociedad de la mano de Eduardo Casademont quién asegura que son dos vinos que salieron como no tenían que salir. Algo que con sana locura celebramos ya que son un sabroso Blend de Blancas y el primer Pinot Noir de esta región de altura (el precio de ambos es $750) fueron la carta de presentación del proyecto que sin dudas dará que hablar.
Cuatro Gatos Locos
Juan Pelizatti y su esposa, Marina Salas, con la colaboración enológica de Gabriel Bloise y Facundo Bonamaizon lanzaron a comienzos de 2020 este nuevo proyecto de Gualtallary. Si bien solo alcanzaron a presentar un Malbec de la cosecha 2017 ($1000), el viñedo que le dio origen a la idea tiene mucho más para ofrecer y en los próximos meses habrá novedades.
Demente, de Matías Michelini
Mezclando uvas de Malbec y Cabernet Franc de diferentes viñedos y alturas de Gualtallary, en 2011 nació este tinto de Matías Michelini como un ideal entre los vinos para enloquecer. La locura detrás es que todo fermentó en una misma pileta que se fue llenando a medida que llegaban las uvas cosechadas en diferentes viñas y cada una a su momento. El proceso llevó más de 40 días y desde entonces propone un estilo muy personal y sofisticado del que hoy podés conseguir la cosecha 2017 a $1690, si sos afortunado: solo hicieron 3500 botellas.
Locura, de Ernesto Catena Vineyards
A Ernesto Catena le calza a la perfección el mote de loco dentro del mundo del vino. Todas sus creaciones sacuden el tablero y en más de una ocasión dio origen a tendencias innovadoras o se adelantó unos años al resto de los productores. En 2007 tuvo la osada idea de lanzar un corte de Malbec, Bonarda y Torrontés en botella magnum dentro de una celda de madera para contener tanta insania. Aún quedan algunas botellas del 2015, ($3225), sólo lo elaboran en añadas excepcionales, dando vueltas y se trata de un vino súper original que tuvo una evolución muy agradable.
Piantao, de Zorzal
En 2014 Juan Pablo Michelini lanzó la cosecha 2011 de lo que él considera el mejor vino tinto posible de hacer en Gualtallary. Tres años de crianza para un corte de base Cabernet Franc que por ese entonces no era tan popular en el mercado, con un toque de Malbec y Merlot. Una apuesta jugada que demandaba locura y que supo darle grandes alegrías ya que para muchos es uno de los tintos emblemáticos del Valle de Uco. Actualmente podes conseguir la cosecha 2015 a 4020 pesos la botella.