Una de las consultas que más le hacen los consumidores a los especialistas se resumen en qué es el cuerpo del vino y sus derivados: si el vino resultará fuerte o áspero y cuál es suave y delicado. De cara a la góndola el asunto no es tan simple: casi no hay otra información que sirva de guía más allá de la variedad y la región para imaginarse el gusto.
Sin embargo, hay una forma sencilla de ordenar los vinos por intensidad siguiendo a los varietales. ¿La razón? Los estilos dominantes en la góndola forman grandes grupos de sabores en donde el cuerpo del vino es bastante regular. Siguiéndolos se puede llegar a buena puerto. O casi.
Las variedades con cuerpo
Puestos a ordenar las variedades de uva por el cuerpo del vino, la cuenta más sencilla es separarlas en dos, dejando un amplio espectro en el medio. Así, Cabernet Sauvignon, Malbec, Tannat, Bonarda, Petit Verdot y Merlot forman el grueso de las variedades con cuerpo. Y en ese orden, van de mayor a menos, aunque a veces puedan estar un poco intercambiadas, sobre todo las primeras tres según los oríngenes. Si, al mismo tiempo, llevamos estas variedades a zonas más cálidas como San Juan o el Este de Mendoza, en general el cuerpo del vino decrece hacia el cuerpo medio. Pero se sostiene el orden.
Las variedades de sueltas a ligeras
Siguiendo con el razonamiento anterior, entre las variedades en las que el cuerpo del vino ofrece poco volumen se encuentran el Cabernet Franc, Sangiovese, Pinot Noir y Criolla Chica. El raro ahí es el Franc, que suele ofrecer intensidad, pero paladar delgado, como apretado, mientras que el número puesto es el Noir, ya que se lo elabora respetando la delicadeza de sus trazos. Hay, sin embargo, una excepción: cuando el Bonarda también funciona como uno ligero y de cuerpo medio a poco cuerpo según cómo se lo elabore.
Así, las variedades que vaso comunicante entre esos dos grandes grupos son las del medio: el Franc puede estar entre las primeras si está elaborado así, el Merlot a la inversa. Pero son los menos en la góndola. Así es que el cuerpo del vino es una buena guía al respecto.
Los estilos tánicos y duros
Hay variedades que por más que ofrezcan un cuerpo del vino tirando a medio resultan tánicas, es decir, que ofrecen algún grado de rusticidad, con textura arenosa al paladar. Así son principalmente el Tannat –cuyo nombre deriva de sus taninos–, pero también Petit Verdot, Cabernet Sauvignon y, en algunos casos, Malbec, Merlot y Cabernet Franc. Estos últimos, en particular cuando se trata de vinos nuevos y de zonas frías, como son los terruños años del Valle de Uco o los Valles Calchaquíes.
¿Qué sería un vino nuevo o recién embotellado? Que hoy estemos descorchando vinos 2018 y 2017 en niveles reserva habla de juventud. Respecto a cuándo fueron embotellados, con seguridad los 2018 lo estarán. Pero no es un índice unívoco: también hay vinos jóvenes que están embotellados recientemente y que partieron de estilos no apretados; esos son los raros en la góndola, de todas maneras, y son los que el paladar agradece como agradece el punto medio en el cuerpo del vino.